sábado, abril 29, 2006

Seguro que ninguno es pastelero, pero a todos os gustan los pasteles...

He descubierto algo:
Ahora resulta que los teóricos de la literatura son mucho peor que los poetas. Espero no acabar así, aunque la verdad es que tengo todas las cartas (¿o debería decir papeletas?) para que me pase…
Si algún día empiezo a decir cosas tales como que las isotopías son como milhojas y el tenedor –con el cual atraviesas todas las capas– es la significación, empezad a preocuparos por mí. Sobre todo, por el hecho de que sea capaz de pinchar milhojas de hojaldre sin que se rompan (eso sería la deconstrucción). Esas son las afirmaciones de un célebre (en su ámbito, evidentemente) teórico al que no voy a nombrar porque, además de teórico, es profesor –lo cual puede tener consecuencias nefastas para mí–.
Pues bien, además de esta profunda enseñanza, nos ha revelado otras grandes verdades que permanecían ocultas para nuestras ignorantes mentes y que jamás podríamos llegar a deducir debido a la simplicidad de nuestras redes neuronales.
Así que, haciendo gala de ese altruismo que me caracteriza, voy a compartir con vosotros los nuevos conocimientos adquiridos acerca de la literatura en general y de la poesía en particular. No es necesario que me lo agradezcáis, es un acto de generosidad en beneficio de la humanidad.
La poesía no es sólo esencia, algo espiritual y profundo. También tiene una parte material (el ritmo, las palabras, etc.). Las mujeres –siempre según el mencionado teórico– solemos inclinarnos (en todos los ámbitos de nuestra vida) por el aspecto profundo y etéreo de las cosas. Sin embargo, los hombres tienen tendencia a ser más estructuralistas (a fijarse en las estructuras); esto explica que los albañiles silben a las chicas desde los andamios.
Por otra parte, cuando la poesía trata de romper los esquemas clásicos en el plano material, experimenta con nuevas formas métricas, buscando el “antirritmo”. Ahora viene lo interesante: «El ritmo es como la ropa que se usa para ir a trabajar o a clase y el antirritmo serían los trajes que nos ponemos para ir a las bodas».
¡Y yo sin saberlo! ¿Cómo he podido vivir todo este tiempo sumida en la ignorancia más absoluta? Menos mal que ahora he logrado salir de la caverna y ver la luz…

jueves, abril 27, 2006

La mesa de IKEA

Ayer me compré una mesa en IKEA. Es una de esas mesas pequeñas, de color azul, 45x45x35 cm., muy fáciles de montar y que te puedes llevar cómodamente por el módico precio de 9,95 euros.
En el paquete ponía que pesaba 5 kilos. Cuando la cogí –ingenuamente feliz– me dije: «¡esto no pesa ni medio kilo!». Evidentemente, eso fue antes de pasearla en cercanías, desde Alcorcón hasta Madrid, pasando por Méndez Álvaro para comprar un billete de autobús, y andando desde Pirámides hasta Puerta de Toledo. Entonces ya no pesaba cinco kilos, sino cinco toneladas.
Ahora entiendo por qué, al pagar la compra, la cajera te pregunta sonriente cuál es tu código postal: así se lo pasarán en grande pensando hasta dónde tendrán que arrastrar los infelices clientes sus nuevos muebles. Diversión garantizada.
Al menos, el montaje es fácil. Cuestión de dos minutos.

miércoles, abril 26, 2006

Deconstrucción

Empiezo a comprender a Derrida y, dentro de poco, me habré vuelto deconstruccionista y suicida...
¿Así que era cierto eso que decía Nietzsche de que Dios ha muerto y es imposible interpretar? Creo que esto de relacionarme tanto con poetas me está afectando profundamente...
Siempre he dicho que de mayor quería ser pedante pero, a lo mejor, esto ya es demasiado...
En fin, abortaré maniobra antes de acabar incluyéndome en el grupo de los "poetas malditos" porque nadie me comprende...

martes, abril 25, 2006

Escaparse...

En esto ha quedado el papel. En la era digital se ha perdido todo el romanticismo de la letra escrita... así que ya no necesitamos para nada la celulosa y éste es el mejor uso que se le puede dar... sobre todo si el barquito nos sirve para escapar del más absoluto aburrimiento que pueden llegar a causar las divagaciones poéticas de unos cuantos escritores o algo por el estilo...

(La foto es de Juan Antonio, siempre respetando los derechos de autor)

domingo, abril 23, 2006

¿To blog or not to blog? That is the question...

A ver... necesito que alguien me explique esto. Me encontraba navegando felizmente por los dominios de Bill Gates (como dice mi mami) y, de pronto, sin saber cómo, cuándo ni por qué, me encuentro con un blog.
Yo no lo he pedido. No quería un blog para nada. Pero los ordenadores se rebelan, tienen vida propia y, no contentos con eso, acaban organizándote la tuya. De pronto, me he encontrado con que tengo un blog (algún día tendré que analizar esta palabra), ¡qué responsabilidad! Esto es como tener un hijo... voy a tener que atenderlo, estar pendiente de él... (espero que las computadoras aún no hayan desarrollado esa capacidad aunque, a estas alturas, me espero cualquier cosa).
En fin... ahora que lo tengo, no puedo abandonarlo. Es mío. No sé cómo ha podido ocurrir... debe ser que no he tomado las precauciones necesarias. Pero bueno, haré lo que pueda...
Si algún día naufragáis como yo lo he hecho, aquí tenéis una isla desde la que mandar un mensaje en una botella.