martes, agosto 15, 2006

Alquiler

Es que aquí no existe tanta tradición de alquilar pisos como en el resto de Europa. En otros países, la mayoría de la gente vive de alquiler. Las familias enteras y durante toda su vida. Pero aquí no. Aquí nos gusta ser propietarios, saber que tenemos todos los derechos sobre las cuatro paredes entre las que vivimos.
–Sí, pero... ¿y la libertad que supone no tener ninguna responsabilidad (o propiedad) que te ate a un lugar determinado? Nunca se sabe las vueltas que puede dar la vida y un día estás aquí y, al día siguiente, allí. Además, la hipoteca es como el peso de hierro que arrastran los reos, un grillete en torno al tobillo.
–¿Pero con qué seguridad puedes vivir si, un día, el hijo, la sobrina o el tataranieto del propietario decide independizarse (así cualquiera) y ¡zas!, como por arte de magia, tu contrato de alquiler no se renueva?

El papel del arrendador es tan sacrificado... Siempre pendiente de las necesidades del inquilino, tratando de solucionar los problemas que puedan surgir de la manera más pacífica posible (que se ha fundido la luz de la cocina, que la lavadora hace un ruido raro, que hay una gotera en el cuarto de baño), que viva a gusto, que no tenga quejas... pero que tampoco provoque protestas entre los vecinos. Es difícil encontrar al arrendatario adecuado. Muy difícil. Quizá un comprador potencial. A lo mejor llega a convertirse en propietario de la vivienda alquilada.
Y cuando crees que lo has encontrado, que está hecho a la medida del piso, que se va a quedar para siempre... De pronto, un día, dice que se va, que te avisa con un mes de antelación, según lo estipulado en el contrato, que ha surgido algo, que tiene que trasladarse... Y hace las maletas, empaqueta sus pertenencias, y amontona cajas de cartón en el pasillo, junto a la puerta; cajas en las que garabatea palabras que definen su contenido –libros, discos, zapatos–,...
Y, de nuevo, la casa vacía. Sólo te ha dejado una capa de pintura azul en las paredes del dormitorio, algunas perchas de plástico y un bolígrafo que rodó debajo del sofá.

El último inquilino se ha marchado... y sólo me ha dejado telarañitas...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Es verdad que a nosotros, los españoles, nos gusta tener una casa propia en lugar de una alquilada, porque en caso contrario, sería follón. Yo soy una de estas españolas.
Pues como no paren de subir los precios de los pisos, vamos a ser como otros paises que dices que se llevan más el alquiler que las viviendas con propiedad privada.
Pues tendríamos que protestar con las subidas de precios, porque sino, con los tipos de trabajos que existen, no nos vamos a independizar nunca, puesto que yo soy una de las que no me gustaría estar viviendo con mis padres durante toda mi vida.

Anónimo dijo...

¿Realmente se trataba de un debate sobre el precio del alquiler? :O

Anónimo dijo...

Hola usuario anónimo! Yo creo que sí, o esto es porque le pega al comentario que ha escrito la autora, pero, la autora es la que decide. Pues aunque no se hablara de alquiler, lo que he escrito, le pega muy bien, porque en la actualidad es un tema muy serio el debate sobre la subida del precio del piso propio. Rocío, ¿llevo yo razón? Espero que sí.

Rocío dijo...

No sabía yo que esto iba a suscitar tanta polémica... No os peleéis. Cada uno puede interpretar lo que quiera...
Además, Rocío, el "usuario anónimo" no es tan anónimo y sabe quién me dejó las telarañitas...
:)

Anónimo dijo...

Hola de nuevo! No me estoy peleando con nadie, ni tampoco sé donde dejó las telarañitas, aunque me puedo imaginar que después de siglos sin limpiar determinadas zonas, como los rincones inacesibles, en armarios... cualquiera sabe. Simplemente opino que el artículo que escribiste, me pareció sobre los precios de la vivienda en general y las costumbres de diferentes paises en alquilar casas o comprarlas. ;)

Anónimo dijo...

Good day!

This is my first post here.. Hello to everyone!

Bye everyone!

Anónimo dijo...
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